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1.
Rev. cuba. med ; 60(2): e1588,
Article in Spanish | CUMED, LILACS | ID: biblio-1280337

ABSTRACT

En noviembre de 2019, se aprobaron para su financiación, en el Sistema Nacional de Salud, dos nuevos anticuerpos monoclonales para la prevención de la migraña crónica y episódica: el erenumab y el galcanezumab.1 La migraña es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes, que produce discapacidad y reducción de la calidad de vida de quien la padece. Actualmente, el tratamiento estándar para su prevención se basa en medicamentos orales (betabloqueantes, topiramato, entre otros), que en su momento fueron desarrollados específicamente para el tratamiento de otras enfermedades (la depresión, la hipertensión y la epilepsia) los cuales pese a ser eficaces, no lo son para una gran proporción de quienes padece migraña. Esto, sumado a los efectos adversos que muchas veces presentan, provoca que haya una baja adherencia al tratamiento.1,2 Por ello, y gracias a nuevas investigaciones centradas en la fisiopatología de la migraña, se ha descubierto que el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP, por sus siglas en inglés) tiene una función clave en su etiopatogenia. El CGRP, así como su receptor, se expresan tanto a nivel periférico como central, incluyendo la vía trigeminovascular. Durante los episodios de migraña, los niveles de CGRP se encuentran elevados, debido a que estos péptidos son liberados desde las terminaciones nerviosas del trigémino, produciendo vasodilatación de los vasos cerebrales y meníngeos con importante modulación neuronal del dolor. Además, el CGRP también es un potente vasodilatador arterial sistémico.3 Tras el descubrimiento de la importancia de este péptido se empezaron a desarrollar los llamados -gepants, antagonistas de CGRP de molécula pequeña, de administración oral. En un principio parecían cumplir con las expectativas de eficacia, pero empezaron a surgir problemas de hepatotoxicidad y se vieron obligados a interrumpir su desarrollo. Tras muchos años con la investigación y los ensayos clínicos en parada indefinida, actualmente se ha conseguido que las moléculas Rimegepant y Atogepant no muestren dicha hepatotoxicidad y se encuentran en fase 3 de ensayo clínico.4 Posteriormente, se desarrollaron los anti-CGRP, anticuerpos monoclonales dirigidos contra CGRP (galcanezumab, fremanezumab) o contra su receptor (erenumab).5 Erenumab ha demostrado una reducción de 50 por ciento o más del número de días migrañosos al mes en 50 por ciento de pacientes, que recibieron dosis de 140 mg, en comparación con 26,6 por ciento de pacientes del grupo placebo. Galcanezumab, por su parte, ha objetivado una reducción de 50 por ciento o más de días migrañosos en 62,3 por ciento de pacientes, frente al 38,6 por ciento de pacientes del grupo placebo. Como consecuencia, también se ha objetivado una menor necesidad de uso agudo de medicamentos.6,7 En cuanto a la tolerancia y la seguridad, se ha visto que son fármacos seguros, cuyos efectos adversos más frecuentes son los efectos locales, en el lugar de inyección del fármaco (prurito, eritema, dolor), siendo estos leves. También se ha visto que pueden producir nasofaringitis, infecciones de vías respiratorias altas y sinusitis. La frecuencia de estos efectos adversos es similar a la que se produce en el grupo placebo e inferior a la de los tratamientos preventivos convencionales. Además, estos anticuerpos monoclonales no presentan interacciones farmacológicas o hepatotoxicidad y, a diferencia de la mayoría de los anticuerpos, no suprimen la función inmune. Otro dato muy importante que se ha visto reflejado en los resultados es que, para la gran mayoría de los consumidores, el fármaco no produce taquifilaxia. No obstante, dichos efectos adversos pueden surgir con el tiempo y con el uso, debido a que disponemos de una experiencia limitada con estos fármacos y, por tanto, habrá que mantener una vigilancia activa.8 Asimismo, debido a que el CGRP es un vasodilatador arterial y se ve inhibido por los anti-CGRP, se podría ver afectado el sistema cardiovascular, provocando hipertensión arterial. Esto podría aumentar los factores de riesgo cardiovascular, aunque se ha informado que estos fármacos no son vasoconstrictores per se. Para observar y notificar esta posible variable, se está desarrollando un estudio de 5 años de duración, durante los cuales se cuantificará este riesgo cardiovascular y se observará si aumenta con el tratamiento a largo plazo con Erenumab. Con Galcanezumab no se ha realizado ningún estudio de esta índole, si bien sí se han realizado este tipo de estudios a menor escala y con menor duración, sin que se hayan notificado problemas cardiovasculares. Este posible efecto adverso deberá ser estudiado con mayor profundidad en el futuro.9 Estos anticuerpos monoclonales están indicados tanto en la migraña episódica como en la crónica, si hay fracaso de 3 o más tratamientos preventivos. Este tratamiento tendrá impacto en la mejora de la calidad de vida de aquella población refractaria y que no dispone de más opciones. Sobre todo, en los pacientes con migraña episódica de alta frecuencia, los cuales, en caso de fracaso del tratamiento preventivo, no pueden beneficiarse de la toxina botulínica, como así lo hacen los que padecen de migraña crónica.10,11 Ambos fármacos (galcanezumab y erenumab) se administran por vía subcutánea; de esta forma, aumenta la adherencia al tratamiento al ser administrada de forma mensual, estos anticuerpos tienen una vida media larga. También aumenta la adherencia al tratamiento el hecho de que haya una rápida respuesta a la terapia. En caso de pacientes que no respondan al tratamiento, si no se observa una reducción de la frecuencia y la gravedad de los síntomas entre 1 a 3 meses tras el inicio, la terapia debe suspenderse.12 El desarrollo de estos nuevos fármacos supone un antes y un después en el tratamiento de la migraña, se trata de los primeros fármacos que fijan la diana terapéutica en una de las claves de la fisiopatología de esta enfermedad. Debido a ello, existe una eficacia científicamente demostrada superior a la del tratamiento convencional. No obstante, como problema, tenemos el elevado precio de costo de los medicamentos, que supone el principal impedimento en su indicación como primera o segunda línea de prevención, debiendo cumplir con los criterios anteriormente descritos.13 Con la llegada de los inhibidores del CGRP se abren las puertas a continuar la investigación y comprensión de la fisiopatología de la migraña que, en parte, aún es desconocida para, si cabe, mejorar aún más la vida de cientos de millones de personas en el mundo que padecen esta incapacitante enfermedad(AU)


Subject(s)
Humans , Male , Female , Migraine without Aura/drug therapy , Topiramate/therapeutic use , Antibodies, Monoclonal
2.
Revista Areté ; 20(2): 63-71, 2020. graf, tab
Article in Spanish | LILACS, COLNAL | ID: biblio-1354762

ABSTRACT

Objetivo: Este estudio descriptivo se orientó a conocer el perfil clínico-epidemiológico de la Enfermedad de Parkinson (EP) y la coexistencia entre síntomas no motores (SNM) y diagnósticos fonoaudiológicos (DF). Método: La muestra estuvo conformada por 34 personas con Parkinson idiopático (26 hombres y 8 mujeres), cuyas historias clínicas fueron analizadas para describir la coexistencia de DF, como la hipofonía, la disprosodia, la disartria y la disfagia, con síntomas no motores, tales como: trastornos gastrointestinales, depresión, trastornos del sueño y deterioro cognitivo. Resultados: Los resultados señalan que las personas con Parkinson tenían edades entre los 25 a los 86 años. En cuanto a la fase, se clasificaron en: estadio I el 11,7%, II el 17,6%, III el 47%, IV el 14,7% y V el 8,8%. El 47% de los pacientes llegó al servicio de Fonoaudiología en una etapa avanzada de la EP. Los SNM más frecuentes fueron trastornos del sueño (67,6%), depresión (58,8%), alteraciones gastrointestinales (29,4%) y deterioro cognitivo (15%). Los DF se distribuyeron así: disprosodia (38%), hipofonía (33%), disartria (18%) y disfagia (11%). Discusión: se observa una alta frecuencia tanto de SNM (como la depresión y los trastornos del sueño), como de SF (especialmente disprosodia e hipofonía). Esta sintomatología provoca, por una parte, la reducción del deseo de relacionarse socialmente y por otro, dificultades para hacerse entender al presentar un volumen de voz reducido o prosodia (además de trastornos de la melodía, inflexiones, marcadores paralingüísticos) de la expresión oral del lenguaje. Conclusión: los trastornos del sueño y la depresión podrían tener un impacto negativo significativo en las funciones fonoaudiológico de las personas con Parkinson.


Objective: This descriptive study was aimed at understanding the clinical-epidemiological profile of Parkinson's disease (PD) and the coexistence between non-motor symptoms (NMS) and phonoaudiological diagnoses (PD). Methods: The sample comprised 34 people with idiopathic Parkinson's (26 men and 8 women). Their clinical histories were analysed to describe the coexistence of PD, such as hypophonia, dysprosody, dysarthria and dysphagia, with non-motor symptoms, such as gastrointestinal disorders, depression, sleep disorders and cognitive impairment. Results: The results indicate that people with Parkinson's are between the ages of 25 and 86. In terms of phase, they were classified as: stage I 11.7%, II 17.6%, III 47%, IV 14.7% and V 8.8%. 47% of patients reached the Speech Therapy service at an advanced stage of PD. The most frequent NMS were sleep disorders (67.6%), depression (58.8%), gastrointestinal disorders (29.4%) and cognitive impairment (15%). The PD were distributed as follows: dysprosody (38%), hypophonia (33%), dysarthria (18%) and dysphagia (11%). Discussion: a high frequency of both NMS (such as depression and sleep disorders) and PD (especially dysprosody and hypophonia) is observed. This symptomatology causes a reduction in the desire to relate socially, and difficulties in making oneself understood by presenting a reduced voice volume or prosody (in addition to melody of speech disorders, inflections, paralinguistic markers) of the oral language expression. Conclusion: sleep disorders and depression could have a significant negative impact on the speech and hearing functions of people with Parkinson's.


Subject(s)
Parkinson Disease , Speech, Language and Hearing Sciences , Language , Signs and Symptoms , Sleep Wake Disorders , Speech , Speech Disorders , Voice , Health Profile , Depression , Dysarthria
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